¡Perdidos!

Como muchos y muchas de vosotros, he sido una fiel seguidora de la serie "Lost".

Empecé a verla con las dos primeras temporadas ya rodadas, así que... os podéis imaginar las sesiones maratonianas que hacía.
Pizza, refresco y de postre palomitas.

He de reconocer que al principio la serie no me gustaba, vi un par de episodios sueltos y...¡no entendía nada! Hasta que se empezó a poner muy de moda, todo el mundo hablaba de la serie y como no conocieras a los personajes, parecía que el que había salido de la isla...¡eras tú!

Pero tras los tres primeros capítulos, ¡ya era una total adicta!! Después de la ingesta masiva de episodios, esperaba con impaciencia el inicio de la siguiente temporada.

Las temporadas fueron llegando y con ellas... ¡el final!

Vaya tontería, estaba claro, las cosas tienen un principio y un fin, pero... ¿qué iba a hacer yo a partir de ese momento con mi ocio nocturno? Tras el momento de confusión inicial, pude seguir con mi vida.

Quizás te haya pasado lo mismo con la serie o quizás mientras lo leías te hayas acordado del tabaco.

¿Te acuerdas porqué empezaste a fumar? Puede que por alguna de estas razones:

• Te hacía sentirte mayor y especial
• considerabas que era muy seductor tener el cigarrillo en la boca
• como todos tus amigos fumaban, no podías quedarte atrás

No importan ya esas razones porque seguro que ninguna de ellas fue meditada.

No fue una decisión adulta en la que analizaste pros y contras y decidiste que lo mejor para ti y tu salud era ponerte a fumar.

Además, me atrevo a asegurar, que el primer cigarro no te gusto nada! Los cuatro o cinco siguientes tampoco, no le encontrabas mucha gracia a aquello de fumar.

Hasta que llego un cigarro que cambió todos los demás y consiguió engancharte.

Pero al igual que la serie, todo lo que empieza tiene que acabar en algún momento. Éste pensamiento habrá pasado por tu cabeza miles de veces, nunca le habrás puesto fecha pero sabes que TIENES QUE DEJAR DE FUMAR.

Te vuelvo a lanzar el mismo reto que en el post anterior... ¿Te atreves? Te atreves a cometer esa gran locura que es dejar de fumar...

El cigarrillo visto de cerca... tampoco es tan atractivo ¿verdad?

Para dejar de fumar, cada uno tiene sus propias razones que son las más importantes pero si te parece, permíteme que te realice alguna sugerencia del porqué debes dejar de fumar.

Estoy segura de que sabes perfectamente que fumar perjudica tu salud y la de los que están a tu alrededor. Lo que no sé es hasta que punto conoces los efectos nocivos del tabaco.
Muchas veces parece que como algunos son a largo plazo, no están ocurriendo verdaderamente pero... Si cada vez que te fumases un cigarro te apareciera una mancha verde... ¿estarías dispuesto a terminar como el señor de la foto? No verdad. Lo que ocurre es que esas manchas existen pero estan dentro de tu organismo y no las puedes ver, pero cada vez que fumas, una manchita verde se une a tu organismo.

Si tienes hijos conoces perfectamente el ejemplo que les estas dando. Además de las famosas "manchitas verdes", es cierto que los padres fumadores no son culpables de poner el cigarrillo en la boca a sus pequeños, pero sí son responsables del ejemplo que les estan dando y con ello el mensaje que les estan transmitiendo, ya que aprenden por imitación.

El dinero puede ser también una motivación para dejar de fumar, de verdad, ¿has calculado cuánto gastas al mes en fumar? Si fumas una marca de tabaco que cueste unos 3.50 euros y fumas una cajetilla diaria gastas al mes 105, eso sin contar los fines de semana cuando sales y fumas más. ¡¡Creo que con 105 euros se pueden hacer muchas cosas!!.

Quizá el olor, ha llegado un momento en que no soportas llegar a casa y que te parezca que continúas en el bar de la esquina. Cortinas, sofás, cojines... ¡todo huele igual de mal!

Tal vez hayas notado como te ha empeorado la calidad de la piel desde que fumas, la tienes más deshidratada, con menos luminosidad. Y si eres mujer, además de la piel, nuestra querida amiga la celulitis hace mayor acto de presencia. Por supuesto que todo esto mejora al dejar de fumar.

Pero volviendo a ti, piensa en cuál es tu razón para dejar de fumar. Piénsala bien porque se va a convertir en tu "mantra" en los momentos de debilidad.

Escríbela en un papel y ponla en algún sitio visible para ti y que te recuerde porqué vas a ganar esta batalla.


¡Bienvenido al atrevimiento de ser un exfumador!